Cuando yo era niño, la palabra crisis se decía con miedo, era el fantasma que se comió los ahorros de mi abuelo, que después de toda una vida de ejercer medicina quedó en la miseria ya que el capital que tenía en el banco se convirtió en nada por culpa de una híper inflación.
Esta crisis se comió las casas de muchos amigos que tuvieron que dejar la escuela de paga y el hogar materno porque los créditos a 20 o 30 años que habían adquirido sus padres eran a tasa variable y se volvieron impagables.
Tasa variable quiere decir, más o menos, que el porcentaje de interés que se paga depende de los lineamientos del banco de México, que cambian anualmente según complejas fórmulas con base en un montón de fluctuaciones en el mercado cuyas reglas semejan a las de los casinos: la casa nunca pierde, el que debe es el que se jode. Así, con créditos variables, la crisis sumió a muchas familias.
Por eso es mejor la tasa fija, mucha gente lo hace así de tal manera que sabe, por ejemplo, que pagará el mismo 10% anual por los próximos 30 años y que si, como dicen los agoreros del caos, nos convertimos en Venezuela, no van a pagar el mil por ciento de interés sobre su crédito, perdiendo obligatoriamente todo como con la hiper inflación de los años noventa.
Es bastante obvio, por eso me llamó la atención que la refundación pidiera un crédito de 5 mil 200 millones de pesos a tasa variable. Hay que aclarar que este préstamo es nuevecito y es aparte del otro creditote que se contrató para rentar maquinaria agrícola a una empresa de un tequilero con el que el gobernador fue a ver el Basquet y que acabó en un escándalo a toda máquina del que seguramente usted ya habrá leído en medios nacionales.
No entiendo como lo que antes era malo, hoy es bueno y como, el que enarbolando la bandera de la oposición decía furibundo que pedir más deuda era hipotecar el futuro acusando a su antecesor en Casa Jalisco, hoy hace exactamente lo que criticó y con mucho más voracidad que Aristóteles Sandoval.
A vuelo de pájaro recapitulemos: los 5 mil 200 millones aprobados se sumarán a los 19 mil 791 millones que ya se deben y con eso aumentamos la deuda en 25%.
En menos de seis meses la Refundación ya pidió más dinero prestado que el que solicitó Aristóteles en todo su sexenio (3 mil 800 millones).
Refundar pasa por endrogar al Estado de Jalisco de una manera mucho más rapaz de la que se permitió el dinosauro del PRI.
Para sumar al agravio y a la deuda, ya hemos pedido nomás de diciembre para acá, prácticamente a la mitad de lo que se pidió en el sexenio Emilio González, quien lleva el record de pedir más dinero prestad en la historia de los gobernadores de Jalisco.
Este nuevo crédito ha sido contratado por 20 años, vamos a pagar hasta el 2039 e implica que más de 50% de las participaciones federales que recibe nuestro estado estarían comprometidas para pagar la deuda que arrastramos. Si esto no es empeñar el futuro, no sé que es.
En justicia, para cerrar con el tema de la tasa variable, repetiré lo que me explicó un experto y es que no necesariamente es malo pedir un crédito así, lo malo es pedirlo y no contratar un derivado que te fije la tasa, lo que yo entiendo como una especie de seguro.
Dependiendo de la calificación crediticia de Jalisco, este derivado aumenta de precio anualmente o baja, seguramente aumentará pero no será tan malo como nomás pedir a lo borras.
Una cosa queda clara, lo que es malo como oposición, es bueno como refundación y si en pocos meses se ha pedido tanto, lo más probable es que refundar nos va a salir más caro que comprar todo nuevo.