Gran parte del grupo opositor considera que la intención del presidente Andrés Manuel López Obrador es desaparecer al Instituto Nacional Electoral (INE) para «imponer sus propias reglas en materia electoral».
Por ejemplo, el coordinador nacional del Partido Acción Nacional (PAN), Marko Cortés Mendoza, ha hecho llamados para rechazar el proyecto del presidente.
«La iniciativa del gobierno es retrógrada, regresiva. Cuando el árbitro electoral está en peligro, la democracia también lo está, por lo cual los partidos opositores con total firmeza deben rechazarla», manifestó el blanquiazul.
«La pluralidad se encuentra en todo el país (…) cualquier partido puede aspirar a gobernar gracias a las elecciones limpias y transparentes que organiza el INE, el árbitro electoral construyó confianza», sostuvo.
Sin embargo, parece que la alianza «Va por México» ha aceptado entrar en la negociación de la reforma electoral.
Los coordinadores parlamentarios del PRI, PAN y PRD aceptaron sumarse pero no bajo los términos del presidente.
Dicha decisión fue calificada por Movimiento Ciudadano (MC) como una «farsa», quedándose solos en el bando contrario.
Para dar inicio a la discusión, el diputado de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), Ignacio Mier Velasco, propuso la creación de una mesa de trabajo que analice las más de cien iniciativas presentadas por los grupos políticos.
La mayor parte de la oposición aceptó el método, aunque anticipó su rechazo a desvirtuar la autonomía y funciones del Instituto Nacional Electoral (INE).
De las iniciativas de reforma constitucional que se discutirán en las comisiones de Gobernación, Puntos Constitucionales y Reforma Político-Electoral, sólo el PAN y Movimiento Ciudadano han presentado propuestas para «contrarrestar la aplanadora oficialista» en los comicios presidenciales de 2024.
Como el instaurar la segunda vuelta o balotaje, restringir la promoción personal mediante las conferencias mañaneras, reglamentar los gobiernos de coalición y castigar la intervención de grupos criminales en los comicios.
Aunque se pretende tener el dictamen listo para antes de que finalice noviembre, diputados emecistas temen que se haga después, en concreto, mientras se desarrolla el mundial de futbol.
«Están preparando un dictamen que van a presentar en medio del mundial de fútbol porque quieren ocultar la realidad. Es un proyecto que sí tiene cosas que ningún mexicano se va a oponer: la reducción de diputados, reducción de financiamiento. Pero lo que está haciendo es darle las condiciones al presidente para que ponga a su títere», acusó el legislador Salvador Caro.
La diputada del PAN, Johana Felipe Torres, aseguró que su partido no avalará retrocesos, pero estarán abiertos a consensos.
«Desde Acción Nacional nos congratulamos de una convocatoria para que surja una reforma electoral plural, pero no vamos a dictaminar una reforma que es dada desde otro poder», dijo por su parte el coordinador de los diputados panistas, Jorge Romero.
Por su parte, el priista Alejandro «Alito» Moreno, dejo ver su inclinación hacia la iniciativa presidencial.
«El INE y el Tribunal Electoral son instituciones que, como todo en la vida, son perfectibles y tienen que avanzar a la modernidad y a la eficiencia», consideró.
A su vez, manifestó su rechazo a la recomendación del Consejo de Venecia, quienes desestimaron la reforma electoral; también líderes del PT y del PAN rechazaron el pronunciamiento internacional.
«Quiero ser muy claro: el PRI no permitirá ningún retroceso democrático, pero tampoco vamos a permitir que de otras latitudes donde tienen serios problemas electorales nos vengan a decir qué sí podemos hacer y qué no podemos hacer», señaló el priista.
También el coordinador de la bancada del PRI, Rubén Moreira ha advertido que no permitirán dañar al INE ni al Tribunal Electoral Federal, «y esto entendido en su autonomía, en su certeza, en su transparencia, en todas las condiciones que hagan posible su trabajo».
La cercanía del PRI en la Cámara Baja con Morena en el tema electoral se remonta a algunos meses, cuando ambas bancadas y el Partido del Trabajo, aprobaron una reforma que pretendía prohibir que el Tribunal Electoral federal pudiera revisar decisiones internas del Congreso de la Unión.
¿Qué implica la reforma electoral del presidente al INE?
- Cambiar su nombre al Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC).
- Que esté integrado por ciudadanos postulados por los tres poderes para la elección de los ciudadanos.
- Plantea reducir el número de consejeros del INE: de once a siete de manera directa.
- Desaparecerían los Organismos Públicos Locales Electorales, así como los tribunales electorales locales.
- El INEC se encargaría de organizar las elecciones nacionales y federales.
- También propone reducir el financiamiento público de los partidos políticos.
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