Apenas estaba terminado el partido del clásico del futbol profesional mexicano entre las Chivas del Guadalajara y las Águilas del América el miércoles 25 de noviembre, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez ya estaba trepando un mensaje en sus redes sociales en el que festejaba no solo el triunfo de su equipo, las Chivas, sino que el experimento piloto de abrir el estadio Akron a los espectadores presenciales había resultado un éxito.
Dijo que vio el partido con sus hijas desde su casa, elogió que los asistentes se comportaron perfectamente al portar cubrebocas y guardar sana distancia y que por lo tanto el operativo salió perfecto, por lo que se vivió una noche maravillosa.
Encarrilado en su festejo, Alfaro aprovechó el mensaje para alardear: “Y una vez más, Jalisco, con hechos, con trabajo, con resultados, [hace gesto con el dedo] tapamos bocas y seguimos hacia delante para recuperar la esperanza y que viene un mejor futuro”.
“En Jalisco tapamos bocas”, es el mensaje del gobernador de Jalisco tras la cuestionada decisión en medios tradicionales y redes sociales de abrir los estadios donde juegan equipos profesionales (futbol, beisbol) en el momento de mayor aumento de casos de contagios de Covid.19 y tras apenas dos semanas del Botón de emergencia, una de las medidas de confinamiento sanitario más extremas decretadas en estos largos meses de cuarentena que se han vivido en Jalisco.
La expresión de Enrique Alfaro, “En Jalisco tapamos bocas”, es más que significativa, porque denota su interés en compararse con otros gobiernos locales y con el gobierno nacional en el manejo de la pandemia; implica además su deseo de ser reconocido como un gobernante que hace mejor las cosas que en otras partes de la república y proyecta a un político urgido de reconocimiento, publicidad y reflectores para cumplir sus deseos de escalar en la pirámide del poder en México.
En resumidas cuentas, parece ser que para el gobernador Enrique Alfaro la autorización para abrir el estadio de las Chivas para su juego contra su rival el América no fue un asunto de política sanitaria, un asunto de cuidar si la congregación de casis seis mil asistentes podrían generar un foco de contagio que aumentara el riesgo para el resto de la población, sino una prueba piloto que si le sale bien luego puede presumir ante otros gobernadores y antes el presidente Andrés Manuel López Obrador para decirles: “vean, en Jalisco sí estamos haciendo mejor las cosas, y les tapamos la boca”.
Y ESO, CLARO, QUE SE TRADUZCA EN MÁS ATENCIÓN DE MEDIOS NACIONALES, MÁS REFLECTORES Y POR LO TANTO EN MÁS ATENCIÓN HACIA SU FIGURA PARA ALCANZAR SU META DE CONVERTIRSE EN CANDIDATO PRESIDENCIAL.
No se si los lectores recordarán un mensaje que Enrique Alfaro subió a sus redes sociales al principio de la pandemia (23 de abril 2020), cuando apenas se confirmaban los primeros casos de Covid.19; cientos en México y decenas en Jalisco. Contaba que le reportaron 19 contagios y 4 muertos en el estado. Si él escribió el mensaje, entonces reveló su lado más íntimo: “La tristeza hizo que agachara la cabeza y cerrara los ojos. No puedo negar que sentí incluso, como hace mucho no me pasaba, ganas de llorar. Era una mezcla de sentimientos: tristeza, coraje, pero sobre todo frustración”.
Pero luego de invocar a Dios para decidir que por algo lo puso al frente de esta crisis, el gobernador de los jaliscienses pendejeó “a los que siguen sin entender” y animado, declaró: “Ni madres que nos vamos a rendir. A darle”.
Hoy tenemos decenas de muertos y cientos de contagiados cada día y sin embargo el gobernador no se quiebra como en el mensaje citado. Por el contrario, decide abrir los estadios para el espectáculo masivo del deporte y festeja que “En Jalisco tapamos bocas”.
Es la muestra clara de que el político profesional con aspiraciones, que es Alfaro, encontró en la pandemia no una grave crisis que afecta a la sociedad jalisciense sino una oportunidad de crecer y proyectarse políticamente. Un político que está aprovechando el sufrimiento de millones de jaliscienses para ver cómo mejoran sus índices de popularidad y sus posibilidades de ser candidato presidencial.