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2020-10-12
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La suerte de la consorte

BEATRIZ PREFIERE DEPARTIR CON JEFES DE ESTADO QUE CON ENFERMOS 

Hasta el sexenio de Enrique Peña Nieto, las esposas de los presidentes mexicanos desahogaron el papel de Primera Dama sin mayor queja, y lo hicieron tradicionalmente decantándose por uno de dos roles a desempeñar: presidir alguna institución de su interés como el arte, la música, educación, etc., o asumirse como presidenta honoraria del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), pero siempre cumpliendo con el compromiso de acompañar a su marido en ceremonias, actos oficiales y viajes, lo cual era visto como algo natural del quehacer de la consorte del primer mandatario de la nación. Pero Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador, decidió romper el molde; desde un inicio se zafó de dicha responsabilidad tras anunciar que no sería Primera Dama. Lo que no dijo Beatriz, es que usurparía funciones de diplomática y que haría de mensajera de su marido para repartir cartas por el mundo a jefes de Estado y al mismo Papa Francisco. Lo que no dijo Beatriz, es que la asistencia social le disgusta. Que prefiere leer poemas con esposas de presidentes que contar cuentos a niños con cancer; que elige inaugurar museos en el Viejo Continente mientras en México se desaparecen fideicomisos para apoyar el arte, la ciencia  y la cultura; y que antepone firmar convenios con jefes de estado -todavía no sabemos ostentando qué cargo- en lugar de visitar hospitales y escuelas.

Y es que, siendo que la señora Gutiérrez Müller, fue siempre muy enfática en razón de su postura en cuanto a desempeñarse como Primera Dama, ha resultado bastante polémica la gira que realiza actualmente por países de Europa, dado que los mexicanos se preguntan cómo es que puede acudir alardeando una Representación del Estado Mexicano siendo que de manera oficial no ocupa cargo alguno en el Gabinete de Gobierno.  Así que como era de esperarse, muchos no han perdido oportunidad de hacer notar que la propia Gutiérrez Müller rehusó cumplir labores de Primera Dama cuando su esposo asumió como presidente de la República. 

Müller con Brigitte Macron, esposa del presidente de Francia.

De lo anterior, Beatriz dejó constancia en redes sociales al escribir: 

“Efectivamente no seré primera dama de México. Ya antes he dado mis razones. Por lo tanto, tampoco la presidente honoraria del DIF, ni de ninguna otra institución pública federal, estatal o municipal”.  

En otra ocasión tuiteó:

“Ya no hay familia presidencial. Ya no hay primera dama; ni siquiera, en mi caso, esposa que se pretenda postular para un cargo de elección popular. Soy ciudadana como el resto de los mexicanos. He ayudado, ayudo y ayudaré sin estarlo divulgando”. 

La historiadora de la UNAM,  Sara Sefchovich, señala en su libro «La suerte de la consorte”, que la Primera Dama de México fue la denominación no oficial que recibía la esposa del Presidente de México. El término era ceremonioso, no era un cargo electo ni nombrado, no tenía funciones, ni responsabilidades asignadas, ni autoridad sobre otras personas, ni devengaba un salario u otra compensación; habitualmente solo debía cumplir ciertas funciones de carácter protocolario como acompañante del presidente en viajes o recepciones oficiales, y participar activamente en instituciones de índole benéfica o social.

El único documento legal que hacia referencia a la cónyuge del presidente de la república era el reglamento del Estado Mayor Presidencial que establecía en el artículo 23 la conformación dentro del esquema y organización del mismo, la llamada Sección sexta, como la responsable de organizar, coordinar, conducir y supervisar el desarrollo de los programas relativos a las actividades públicas de la esposa del primer mandatario. 

Desde su fundación en 1977, por Carmen Romano, esposa del entonces presidente José López Portillo, la Primera Dama, por tradición, se hacía cargo de la dirección del  DIF. Sin embargo, esto no se llevó a cabo durante el gobierno de Vicente Fox, cuando la Primera Dama Marta Sahagún fundó la organización filantrópica «Vamos México». Hasta el día de hoy, solo una Primera Dama ha sido un activo político: Margarita Zavala, esposa del expresidente Felipe Calderon Hinojosa, quien sirvió un período en el Congreso y fue candidata presidencial en las elecciones federales de 2018.

BEATRIZ GUTIERREZ, HA DOCUMENTADO A TRAVÉS DE SUS REDES SOCIALES LA GIRA QUE REALIZA POR EUROPA. DE AHÍ QUE LOS REPROCHES Y CRÍTICAS NO SE HAN HECHO ESPERAR ENCENDIENDO EL TEMA ENTRE USUARIOS, PRINCIPALMENTE DE TWITTER.

En noviembre de 2018, la doctora Beatriz Gutiérrez, pidió a su marido presidir el Consejo Honorario de la Coordinación Nacional de Memoria Histórica y Cultural de México -aunque había dicho que no formaría parte del gobierno-  cargo que le fue otorgado y desempeña actualmente, pero que no le concede mayor representación para las tareas que está ejerciendo en el continente europeo. 

Es claro que la señora está asumiendo funciones que no le corresponden. No obstante que algunos pudieran alegar que hay alguna utilidad en ello, lo cierto es que es más el daño que hace al Estado.

Es también una realidad que está utilizando y sacando provecho de la maquinaria diplomática de México, siendo que ninguna de sus visitas se habría concretado si hubiese llegado a tocar puertas sin ser la esposa del presidente de México. 

Luego entonces nos preguntamos, porqué el canciller Marcelo Ebrard no desahogó dichas actividades, que igualmente pudieron haber sido cubiertas por la representación diplomática mexicana en cada país. 

Las relaciones exteriores de México debe apegarse a la Constitución, a una estrategia política y a su cumplimiento. La encomienda impuesta a una persona ajena, es una falta de respeto a la cancillería y a la política exterior mexicana. 

Además, sería interesante saber si López Obrador, quien se niega a realizar viajes internacionales, seguirá disponiendo de su mujer para acudir en su representación; así como conocer de qué bolsa están saliendo los recursos para cubrir los gastos de la gira; y cuáles son los alcances diplomáticos que la señora tiene para firmar convenios y sentarse con primeros mandatarios y jefes de estado a dialogar y discutir temas de nuestra nación. 

Beatriz Gutierrez Müller, no quiso ser Primera Dama de la forma tradicional. Rechazó la presidencia del DIF y al principio del sexenio también se negaba a acompañar al presidente en algunos actos a los que tradicionalmente los acompaña la esposa. 

Hoy, sus cada vez más constantes apariciones en actos públicos al lado de su esposo, y su irrupción en la vida política internacional de nuestro país, nos permiten alcanzar un par de conjeturas: la esposa del presidente sucumbió ante los reflectores, y fue incapaz de cerrarle la puerta a sus ansias de poder y de codearse con la diplomacia mundial. 

Doctor en Derecho y Notario; Analista y Columnista Sociopolítico; Consultor en Admon. y Políticas Publicas; Pdte. de Conciencia Cívica, A.C. y JALISCOenPLENO, A.C.