Asesinaron a Mara Fernanda Castilla Miranda, una chica de 19 años originaria de Xalapa, y que estudiaba Ciencias Políticas en Puebla. Asesinaron a Mara Castilla y desde la sociedad se responde con indignación, con solidaridad, manifestaciones y un grito alto y sostenido de que no se quiere “Ni una menos” desaparecida, asesinada. Pero no basta. No ha bastado antes y no parece que bastará ahora tras el feminicidio de Mara.
Las mujeres son una de las víctimas principales en esta guerra. En la región donde Mara Castilla fue desaparecida y asesinada se sabe desde hace varios años que existe un corredor nacional y trasnacional de trata de personas operadas por grupos del crimen organizado que cuentan con la protección política, como otros negocios del capitalismo ilegal. Y opera por las mismas razones que opera el narcotráfico: por la complicidad y conexiones de estas redes con el poder político. De otro modo ya se habrían desmantelado.
Datos del Registro Nacional de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED), indican que 780 mujeres, de entre 15 y 29 años de edad han sido desaparecidas en Puebla entre 2012 a 2015, según registró el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF).
Por ello han solicitado una Alerta de Violencia de Género contra las mujeres, debido a que “En el estado de Tlaxcala existen redes consolidadas de trata que operan tanto a nivel nacional como transnacional. Esto constituye un foco rojo de violencia feminicida, en tanto que es un lugar central de captación de víctimas, de explotación de las mismas y de origen de los líderes de bandas de explotación sexual”.
En este contexto, la desaparición de mujeres en Puebla y Tlaxcala “indudablemente es el preámbulo al delito de trata de personas con fines de explotación sexual y al feminicidio, que se agrava por una situación de impunidad”, señaló el mismo observatorio del feminicidio.
Desaparecieron y asesinaron a Mara y lo mismo ocurre en otras partes del país.
Según el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos Humanos de las Mujeres (Cladem) en Jalisco los feminicidios siguen al alza. Solamente en este año han sido asesinadas 86 mujeres y 262 mujeres siguen desaparecidas. Cada día se desaparece a cuatro mujeres en la entidad.
Desde que inició el protocolo Alba el 10 de abril de 2016 al 31 de agosto de 2017, han desaparecido 2,000 mujeres, de las cuales 1,738 fueron encontradas vivas, trece aparecieron sin vida y 262 siguen desaparecidas. A pesar de esta alta violencia contra las mujeres, las autoridades únicamente calificaron trece asesinatos como feminicidios.
Asesinaron a Mara Castilla y la genuina indignación, temor y rabia que emergió en millones de mexicanos nos hacen gritar, especialmente a las organizaciones y redes feministas, “Ni una menos”. Pero hasta ahora las respuestas no han bastado. Algo más allá de lo que se ha hecho hasta ahora se tiene que hacer para evitar que las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes se encuentren en la mira de la violencia machista, de las desapariciones y muchas de ellas esclavizadas en las redes de trata o del feminicidio en esta guerra que se tiene en México.
El artero asesinato de Mara Castilla nos vuelve a indignar, nos vuelve a sacar a las calles, nos hace mirar de nuevo que estamos en guerra y nos obliga a pensar qué tenemos que hacer para detenerla, para evitar que otras Maras, otras Lesvys, Marías, Fernandas y todas y todos vuelvan a ser secuestradas, desaparecidas, asesinadas…