EN MÉXICO NADIE ATENDIÓ LA ADVERTENCIA DE LA PELIGROSIDAD DEL SUJETO QUE TENÍA A SU CARGO LA SEGURIDAD Y LA PROCURACIÓN DE JUSTICIA EN ESE ESTADO
Cimbró muy fuerte al PRI la detención del ahora ex Fiscal General de Nayarit, Édgar Veytia, por parte de las autoridades de Estados Unidos el pasado 27 de marzo en el Condado de San Diego; ello a encargo de la Corte Federal Judicial del Distrito Este de Nueva York. Veytia es acusado de narcotráfico en diversas modalidades: producción, transportación, distribución y comercialización de sustancias como heroína, cocaína, metanfetaminas y marihuana, así como otros delitos como enriquecimiento ilegítimo, delitos contra la Justicia, delincuencia organizada, y otras conductas criminales.
Cimbró al PRI porque la acción de capturarlo fue realizada por el Buró Federal de Investigación o ‘Federal Bureau of Investigation’ (FBI) del gobierno federal del vecino país del norte, dejando en ridículo a las autoridades estatales de Nayarit que, por supuesto, quedan lesionadas. Además, dicha captura deja mal paradas a las diversas dependencias federales mexicanas que tienen que ver con el control de confianza de los servidores públicos involucrados en labores de seguridad, justicia y fiscalización, Seguridad interior, seguridad nacional, inteligencia e investigación criminal, planeación contra el narcotráfico y la delincuencia organizada.
Dependencias como la Secretaría de Gobernación, cuyo titular es Miguel Ángel Osorio Chong; la Secretaría de la Defensa Nacional que encabeza el General Salvador Cienfuegos; la Secretaría de Marina, cuyo cabeza es el Almirante Vidal Soberón; la Comisión Nacional de Seguridad, a cargo de Renato Sales Gasque; la Procuraduría General de la Republica y su responsable Raúl Cervantes Andrade; y el Centro de Investigación para la Seguridad Nacional (CISEN) que dirige Eugenio Imaz Gispert, se ven afectadas por la detención de Veytia. Esto último porque les pasó de noche que el responsable de la seguridad general y la procuración de Justicia en una entidad federativa, tuviera una destacada participación al seno de grupos criminales de alto alcance. Todo ello indica que quienes debieron haber evaluado, revisado, monitoreado y sabido de sus actividades delictivas, no lo hicieron. Para Veytia haber accedido en calidad de encargado de la extinta Procuraduría de Justicia de Nayarit, en el año 2012, debieron haber validado su perfil pero, parece ser, les pasó de largo; sin embargo, se dio el visto bueno cuando fue nominado a ser electo por el Congreso de Nayarit como el primer Fiscal General.
Tuvo que ser el gobierno del país vecino quien lo señalara, lo encauzare penalmente y lo capturase. Vaya ridículo del Gobierno federal a cargo del presidente Enrique Peña Nieto, que es líder real e imagen del PRI.
Los últimos acontecimientos de criminalidad y violencia se suman a los escabrosos temas de la enorme cantidad de restos humanos fragmentados por aparente descuartizamiento en múltiples fosas para sepulcro clandestino. Además, ha habido un incremento de ejecuciones y otros delitos violentos, desapariciones forzadas y violencia contra comunicadores y activistas de causas sociales. Es por ello que es prudente decir, como lo expresan en el pueblo, “Éramos 20 y la abuela parió”. Ahora vuelve a surgir el indudable control criminal en las estructuras gubernamentales, y ello, seguramente, genera más pavor en la sociedad, además que se acendra la desconfianza social en las instituciones.
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Édgar Veytia era un hombre muy poderoso. Aparentemente, ese poder llegó a su límite, salvo que su detención vaya ligada a un pacto y, como otros muchos capos en prisión, mantenga poder. Veytia está casado con la hija de la Alcaldesa de Compostela, Alicia Monroy Lizola; y aunque se especulaba ése era el mayor vínculo para haber accedido a su primer encargo, no hay mayores elementos que consoliden esa hipótesis. Lo cierto es que desde que llegó a hacerse cargo de la Procuraduría de Justicia de la entidad, generó temor a los nayaritas desde los primeros meses: en 2012 se generaron rumores en cuanto a sus presuntos nexos con el ‘Cártel de Jalisco Nueva Generación’, pero se le sostuvo en el cargo y, además, fue impulsado a hacerse cargo de la nueva Fiscalía General que se creó tras la reforma a la legislación local para establecer una institución autónoma. Y ello sucedió sin importar que ciudadanos, activistas y actores políticos, lo señalaran de estar detrás de las extorsiones, despojos de tierras, amenazas, desapariciones forzadas y homicidios en Nayarit.
Hay, sin embargo, un contraste entre señalamientos de algunos sectores sociales en los términos citados y otros que se referían a Veytia como un funcionario duro pero eficaz, y le colgaban la medalla en cuanto a que, según su percepción, había bajado el índice de criminalidad.
Veytia llegó como encargado de despacho de la Procuraduría nayarita en 2012 tras la renuncia de Germán Rodríguez. Para muchos habitantes de Nayarit hubo una ligera disminución en los crímenes, pero sus detractores lo atribuyen a que se suspendieron las hostilidades entre distintos grupos armados; el señalamiento consiste en que, con Veytia al frente de la Fiscalía, el grupo criminal que reinaba en el estado era el ‘Cártel de Jalisco Nueva Generación’, habiéndose expulsado al ‘Cartel de Sinaloa’ de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.
Ahí entra la polémica: para algunos la criminalidad amainó, para otros el tema fue que se dosificó y se debilitó en ciertas zonas por pactos o pagos a Veytia y sus secuaces; se acendraron los desmanes en otros lugares hasta que se llegó al arreglo con ‘La Bestia’, mote endilgado al hoy ex Fiscal, ya que se decía que, mientras se concertaba el arreglo, la presencia del fiscal era dura e imponente cundiendo el despojo de tierras, las amenazas, las extorsiones, las desapariciones forzadas y las ejecuciones.
Llegó a tal grado la fuerza de Veytia que se dice había forzado a que se le tomare en cuenta en las deliberaciones políticas. Llegó incluso a ambicionar la candidatura del PRI a la gubernatura de Nayarit, amagando con buscar ser candidato independiente.
Desde hace muchos meses tenía a su familia en San Diego y les visitaba una o dos veces por semana. Resulta extraño, por lo demás, que no se “cuidara”, ya que ahora se sabe que la indagatoria en su contra por las autoridades de EEUU inició desde hace varios años. Ello contrasta con la poca atención, o quizá la complicidad, que para este personaje tuvieron algunas autoridades mexicanas.
El último episodio llamativo, y que volvió a provocar enfoque de reflectores hacia él, fue cuando la Marina Armada de México abatió el 17 de febrero, en Tepic, al Jefe de la plaza en Nayarit del Cártel de Los Beltrán Leyva, Daniel Isaac Silva Gárate, apodado el H-9: la finca donde fue ubicado y ejecutado por los militares pertenecía a Veytia.
El caso es que en México nadie atendió a advertir la peligrosidad de este sujeto que tenía a su cargo la seguridad y la procuración de Justicia en Nayarit pues, al parecer, era al mismo tiempo un terrorífico criminal; algo así como “el diablo vendiendo escapularios”.
Ahora, tras la captura de ‘La Bestia’, el Gobierno Federal envió muchos elementos humanos y gran cantidad de equipo tanto aéreo como terrestre a efecto de tratar de salvaguardar la seguridad de Nayarit y el norte de Jalisco, quizá esperando represalias o, inclusive, el inicio de nuevos enfrentamientos entre cárteles del crimen buscando posicionarse en la plaza.
No hay información sobre la total limpia que debe haber en la fiscalía nayarita, ya que, como afirmó el gobernador Roberto Sandoval, no puede meterse las manos al fuego por nadie, lo que significa que es factible pueda haber un gran trabuco de funcionarios de la fiscalía involucrados en cárteles criminales. Por ello, deberá de hacerse todo lo necesario para proteger a la población y purgar las instituciones, además que deberá desenmascararse a todos los que permitieron que un personaje como Veytia se convirtiera en fiscal de Nayarit.