A DIFERENCIA DE MÉXICO, EN LOS ESTADOS UNIDOS CADA ESTADO DICTA SUS REGLAS
Por Érika Quinteros Lucas
Washington, DC.- El proceso electoral de los Estados Unidos se diferencia en varios aspectos a las elecciones en México, por lo que en este artículo le explicaremos algunos de los puntos más relevantes para entender este importante evento.
A diferencia de México, en donde el proceso electoral es reglamentado a nivel nacional, en los Estados Unidos cada estado dicta sus reglas. Es decir, cada estado decide la hora de apertura y cierre de las mesas de votación, la forma de votación, las fechas de votación temprana, etc.
En la mayoría de estados existen dos alternativas para hacer efectivo el voto: 1) voto presencial, o 2) voto por mail. La primera opción consiste en abrir centros de votación parecidos a los de México, en los que las personas se acercan a un lugar específico para sufragar; y con la segunda, los votantes deben enviar su voto por correo. Solamente en Colorado, Oregón y Washington los votantes están limitados a votar bajo la segunda alternativa.
Por otro lado, mientras que la fecha de votación nacional será el martes 8 de noviembre, la mayoría de estados permiten a sus residentes -además de este día- votar antes. Por ejemplo, en Florida se podrá votar desde el 29 de octubre hasta el 5 de noviembre, en Texas desde el 24 de octubre hasta el 4 de noviembre y en California las fechas dependerán de cada Condado. Esta técnica del voto temprano fue agregada al proceso electoral con el fin de que no existan excusas para no votar. Aun así, sólo alrededor del 60% de los ciudadanos americanos hacen valer su derecho al voto.
Para la siguiente elección presidencial los estadounidenses tendrán que elegir entre 4 candidatos: Hillary Clinton por el Partido Demócrata, Donald Trump por el Partido Republicano, Gary Johnson por el Partido Libertario y Jill Stein por el Partido Verde, según orden de liderazgo en las últimas encuestas nacionales.
A diferencia de nuestros países latinoamericanos, en donde cada voto cuenta, en los Estados Unidos el proceso electoral responde al de democracia indirecta, también conocida como democracia representativa. En este tipo de democracias los votantes no eligen a su presidente directamente. Cuando van a las urnas votan por un elector que pertenece al mismo partido del candidato de su preferencia y estos electores son quienes emiten un voto directo. Se supone que cada elector elegirá al candidato o candidata de su partido político, sin embargo, no hay una ley que los obligue a hacerlo. Los electores son escogidos por cada partido y su número varía según el número de los habitantes del estado al que representan. A mayor población, mayor número de electores. Por ejemplo, en California, el estado con mayor población, tiene 55 electores y Vermont, uno de los estados con menor población, sólo tiene 3 electores.
En total existen 538 electores; 535 que representan a los 50 estados y 3 de Washington D.C. Para que uno de los candidatos sea declarado presidente, debe de conseguir el 50 por ciento más uno del número total de electores. Si ningún candidato alcanza el mínimo requerido, la Casa de Representantes deberá elegir entre uno de los tres candidatos que recibió el mayor número de electores. Sin embargo, parece que esto no será necesario ya que según las últimas encuestas Hillary Clinton ganaría más de 300 electores, suficiente para llegar a la Casa Blanca.
Con excepción de Nebraska y Maine, en todos los demás estados se ejecuta el famoso método winner-take all, donde la candidata con el mayor número de electores gana automáticamente todos los restantes. Tomemos de ejemplo California (55), a Clinton le bastaría ganar 28 electores para obtener los 55 en total.
¿Y qué pasa en Nebraska y Maine?
Estos estados aplican un método diferente, el método distrital congresal (congressional district method), en donde cada candidato obtiene un elector por distrito congresal ganado. En el caso de Maine son 2 distritos y de Nebraska son 3. Además, quien gane el mayor número de electores en cada uno de estos estados obtiene 2 electores adicionales.
Debemos tener en cuenta que, aunque los estados con mayor número de electores son importantes, los que pueden determinar las siguientes elecciones son los famosos swing states o estados “péndulo”. Estos estados se caracterizan porque no tienen una fuerte inclinación en las encuestas por uno u otro candidato. Por ejemplo, mientras que es casi seguro que Clinton ganará en California, New York y Virginia; y Trump hará lo mismo en Idaho, Utah y Tennessee. En el estado de Florida, según Florida Atlantic University, Trump aventaja a Clinton sólo por 2 puntos porcentuales; y en Carolina del Norte las encuestas muestran a Hillary con un liderazgo entre 2 y 7 puntos. Estos son algunos de los estados en los que cualquiera de los dos candidatos podría ganar y es por eso que ambos dedican sus últimos esfuerzos de campaña en ellos.
Toda la explicación anterior nos lleva a las siguientes conclusiones: primero, que no es necesario que el ganador o la ganadora de la contienda electoral obtenga el mayor número de votos únicos, lo que en realidad importa es que obtenga el mayor número de electores. Y segundo, que los candidatos deben intentar asegurar 270 electores si no quieren que la Casa de Representantes tenga la última palabra.
Para algunas personas este tipo de democracia indirecta puede ser injusta, ya que como pasó en el año 2000, la mayoría de los votantes lo hicieron por Al Gore, pero George W. Bush obtuvo la mayor cantidad de electores y por lo tanto ganó la presidencia.
Estamos a poco menos de 70 días de las elecciones y ante la gran oportunidad histórica de elegir a la primera presidente mujer de los Estados Unidos y de evitar que Donald llegue a la Casa Blanca por la puerta grande.