La última manifestación de taxistas en el centro de Guadalajara nos hizo recordar que en Jalisco hay un problema que no se ha resuelto y al que nuevamente las autoridades le han dado largas, como sí el tiempo fuera a arreglarlo: qué hacer con el nuevo sistema de transporte que se puede contratar a través de plataformas digitales.
Aunque en el Congreso del Estado ya hay una iniciativa para reformar la Ley de Movilidad y así dar cabida a servicios como Uber y City Drive, los diputados no la han aprobado ni el gobierno del estado le ha dado seguimiento para pedir que camine.
Eso sí, el Ejecutivo ya sabe cuánto les va a cobrar en caso que llegue a regularlos. En el proyecto de Ley de Ingresos de 2016, ya se incluyeron los cobros que se harían por los permisos y las cuotas para prestar el servicio. El argumento del secretario de Planeación, Administración y Finanzas, Héctor Pérez Partida, es que el cobro se aplicaría sólo sí se aprueba la reforma.
Resolver el tema sin duda no es sencillo. Y no lo es porque durante décadas el Estado cedió al sector privado, especialmente a líderes sindicales ligados al Partido Revolucionario Institucional (PRI), que por cierto se entendieron muy bien con el Partido Acción Nacional (PAN), el control del transporte público, tanto colectivo como el de los taxis.
LOS CONDUCTORES SON EN SU MAYORÍA EMPLEADOS QUE DEBEN TRABAJAR HORARIOS DEMASIADO LARGOS, SIN PRESTACIONES Y CON GANANCIAS INSIGNIFICANTES
La violencia de los taxistas contra Uber, de esta forma, no tiene sólo su origen en la competencia que ellos aseguran es desleal. También hay de fondo la molestia por sus condiciones precarias de trabajo, la explotación a que son sometidos y la corrupción en torno a los permisos.
Hace unos diez años, en un trayecto desde la Nueva Central Camionera, el taxista se quejaba de la falta de pasajeros y que su chamba se limitaba a dos o tres traslados al día. Claro, no quiso usar el taxímetro y me cobró lo que le dio la gana.
La calidad en el servicio y la certeza en el cobro han sido las grandes ventajas de los taxis que se contratan a través de plataformas digitales. Dos temas que han eludido los taxis convencionales. Es inevitable que quien tiene la posibilidad de usar uber lo prefiera, porque además tiene el ingrediente de la seguridad.