¿ESTÁ LABRANDO YA SU CANDIDATURA AL 2018?
Porque por eso estuvo lleno su último evento, cuando festejó en Jalisco que una revista lo incluyera entre los 300 líderes más influyentes de México. Ahí estaba una clase política inquieta, quizá sorprendida y hasta preocupada por los movimientos del senador.
Zamora ha tenido la capacidad y el olfato para adaptarse a su circunstancia: buscó ser candidato a diputado federal en el 2000 y no lo logró. Apoyado por los medios y la Diosa fortuna, venció a Salvador Rizo Ayala en la candidatura interna del PRI para Zapopan. Rizo movía las aguas en el priismo, pero a Zamora nunca se le ha dado nada gratis. Desde entonces a Zamora se le miró capacidad política: apoyado en su amigo el ex Gobernador Francisco Ramírez Acuña, le gana la elección constitucional a Tarcisio Rodríguez Martínez.
Zamora gana Zapopan y nos enseña el músculo: integra a casi todo mundo a su gabinete. Le llama a los priistas zapopanos y les abre las puertas del Gobierno. Chiquea a los amigos, les habla incluso antes de que ellos le marquen. Le abre la puerta a los adversarios. Sigue accesible, con los pies en la tierra, tan carismático como siempre: ésas, más que ser un político de 24 horas, son sus tarjetas para convertirse en el candidato a la Gubernatura de Jalisco en el 2006.
Con más poder, los lisonjeros empiezan a merodear a Zamora. Arma tu gabinete, le decían sus asesores. Imposible perder esta elección, le aseguraban sus encuestadores. Zamora pudo salvarse del Todos Unidos Contra Zamora (TUCOZA) dentro del PRI, pero no pudo salir del pantano en el que lo metieron los panistas durante la campaña: falsos señalamientos, campañas negras, trascendidos y demás lo hicieron perder contra Emilio González Márquez. Ramírez Acuña no traicionó a Emilio, como en su momento Emilio sí lo hizo con Fernando Guzmán.
Pasó tres años difíciles pero Zamora reaparece como candidato a diputado federal en 2009.Aprende a moverse en la política nacional. Como siempre, se adapta rápido. Fue considerado para buscar nuevamente la Gubernatura en el 2012, pero deja que pase sin problema el entonces Alcalde de Guadalajara, Jorge Aristóteles. Lo deja pasar porque sabe que de lo contrario le pasaría por encima. La gente pedía a Aristóteles. Entonces, la gente lo demandaba para la Gubernatura.
Pero Zamora está en todos los eventos, llama mucho la atención, le quita reflectores al Gobernador.
La burbuja del Gobernador, los tres o cuatro hombres con los que rebota sus perspectivas, tampoco está contenta con el Secretario General de Gobierno. Es de otra generación, decían. Y empiezan a tejer la telaraña para atraparlo: por ejemplo, le quitan la tutela de personajes que el mismo Zamora había empujado, como el ex Fiscal General Luis Carlos Nájera.
Zamora pasa el segundo trimestre del primer año del Gobierno de Aristóteles de una forma complicada: pasa de ser el sol, a ser prácticamente un decorativo de Palacio. Se avecina una ruptura compleja, así como son los priistas. Se filtra que Zamora ya se va. Zamora, todavía en funciones, publicita encuentros con el líder del senado, Emilio Gamboa. El Gobernador se ve obligado a darle las gracias.
Zamora sabe, como buen político que ya es, que la política nace y muere todos los días. En política es un día a la vez: lo mandan de delegado a Baja california, y después, regresa al senado. No tiene una subcoordinación, no tiene comisiones, pero paulatinamente vuelve a posicionarse en el senado. Por supuesto, nada qué ver con el otro senador, Jesús Casillas, que nunca ha atinado a bajarse de la bicicleta. No. Zamora sabe cómo manejarse, rebasa con mucho la medianía de la clase política de Jalisco que viaja al DF.
De pronto, ya está sentado en la silla como titular de Elecciones del CEN del PRI. Se lleva la medalla nacional y no se mancha con Jalisco donde se pierde prácticamente todo. Zamora regresa al senado y ahora entra a la lista de los 300 líderes más influyentes de México. Es injusto decir que no lo es, pero tampoco se puede afirmar sin temor a equivocarse: lo importante es que en política la percepción es realidad, por eso se trae el evento a Jalisco. Aquí sigue la fiesta. Zamora sabe venderse muy bien.
En busca de reflectores y siguiendo al senador, la clase política acude gustosa al evento. El primer círculo de Movimiento Ciudadano está entre las mesas, salvo su líder, Enrique Alfaro. Mal se hubiera visto Alfaro acudiendo a la reunión. La primer lectura del evento es que Zamora es el único capaz de ganarle la Gubernatura en el 2018. En el PRI no hay más. Acuden ex Gobernadores panistas, priistas, empresarios, líderes sociales.